Se dice "Día Internacional *de Lucha por los Derechos* de las Mujeres"
Se dice "Día Internacional *de Lucha por los Derechos* de las Mujeres"
Nos acercamos a otro 8 de marzo, y en este contexto propongo una reflexión relacionada con el “Manuel Pop de feminismo latinoamericano”. Catalina Ruiz-Navarro estructura este (largo) Manual - y talvez su perspectiva feminista - alrededor del concepto de “luchas”. Asimismo, trae reflexiones de activistas feministas que lideraron y siguen liderando luchas en diversos frentes (desde el militantismo contra la ditactura hasta el aborto), en su búsqueda por la justicia e igualdad. ¿Por qué es importante hablar de las luchas feministas?
En 1975, Naciones Unidas adoptó la resolución 32/142, que reconoce oficialmente el “Día de las Naciones Unidas por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”, que actualmente celebramos el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer”. Con esta resolución, la ONU institucionalizó y dió visibilidad a las reivindicaciones existentes, impulsadas por los movimientos de mujeres y feministas de las décadas precedentes.
El 8 de marzo de 1917, las mujeres rusas protestaron pidiendo mejores condiciones de trabajo. A partir del año siguiente, la fecha comenzó a celebrarse en Europa, hasta convertirse en un día de festejo comunista en 1922. A fines de la década de 1960, las feministas estadounidenses se reapropiaron de la fecha, asociándola nuevamente a las luchas feministas: es la segunda ola de feminismo (décadas de los 60/80) que reivindica la plena igualdad entre los sexos, tratando temas como los derechos sexuales y reproductivos, la violencia contra las mujeres, los derechos económicos y laborales, etc. En este artículo, encontrarás más información sobre la historia del 8 de marzo.
Es, por lo tanto, una fecha de lucha con un fuerte bagaje político y reivindicativo. Por lo mismo, hablar del “Día de la Mujer” es sumamente reductivo y no hace jus a su historia. ¿Podrían pensar: es solo una forma de decirlo más sencillamente, por qué importa?
Para empezar, no hay UNA mujer: hay mujeres, ricas, pobres, bi, lesbianas, trans, cis, negras, blancas, mujeres con discapacidad, sin discapacidad, delgadas, gordas, y mucho más etc. Todas ellas están expuestas a algún tipo de opresión sexista, y algunas sufren de una o más opresiones, así que tienen su propia "experiencia situada", por lo tanto, demandas y prioridades específicas.
Además, el uso del singular facilita derivas esencialistas: memes, citas e imágenes sobre lo que significa “ser mujer” (como hay UN tipo de mujer, no está de más definirla). “La mujer” suele ser: sensible, dulce, hermosa y, en general, con un instinto maternal muy fuerte. Claro, como postuló Rousseau, la mujer no puede sustraerse a sus propios atributos biológicos, por lo que está más cerca de la naturaleza, es más instintiva y emocional (de ahí se puede inferir que su lugar está en el hogar y no en la esfera pública tomando decisiones políticas).
Esto conlleva a las «¡Felicitaciones! », después de todo, una mujer dulce y cariñosa (preferentemente con los hombres), merece ser reconocida por su carácter. Incluso merecen recibir regalos como rosas o chocolates y descuentos para sus actividades favoritas: hacerse las uñas, peinarse y depilarse o ir de compras, por ejemplo (después de todo, una mujer cuida su apariencia, pero le encanta el chocolate de vez en cuando) .
Ironías aparte, mi punto aquí es que hablar del «Día Internacional de la Mujer» hace que sea demasiado fácil olvidar el carácter político y las innumerables luchas que quedan por delante. Asimismo, eso es un llamado a no seguir hablando del “Día de la Mujer”, y más bien utilizar formulaciones como “Día Internacional de los Derechos de las Mujeres”, o mejor aún, “Día Internacional de Lucha por los Derechos de las Mujeres”.