La trama se centra en un estudiante universitario expulsado de Varsovia que intenta controlar Internet, provocando un odio y una violencia generalizados.  

Tomasz Giemza, un estudiante de derecho deshonrado y obsesionado con la familia progresista de clase alta Krasucki, acepta un trabajo en una empresa de relaciones pública. Lo que parecía ser una tarea más, resulta ser una granja de trolls en rápido desarrollo, donde se destaca en el negocio de difundir noticias falsas y odio en línea contra personalidades famosas, celebridades de internet y políticos. 

Fuente: Wikipedia

Hater

<div>La pel&iacute;cula ilustra c&oacute;mo las redes sociales pueden ser utilizadas para manipular y radicalizar a las personas, fomentando la polarizaci&oacute;n y la violencia en un ambiente pol&iacute;tico tenso. El personaje de Tomasz demuestra c&oacute;mo los mensajes extremistas pueden ser utilizados para influenciar las emociones y las acciones de las personas, creando una divisi&oacute;n social y aumentando el riesgo de actos violentos.💯</div>

Geordanis Baño Vega

Las redes sociales: un medio poderoso que puede ser utilizado para el mal

En la pel&iacute;cula, vemos c&oacute;mo el personaje principal, Tomasz, hace un trabajo parecido al de las famosas "bot farms" para generar centenas o miles de cuentas falsas en redes sociales y difundir contenido negativo y difamatorio en contra de sus objetivos. Esta pr&aacute;ctica no solo es ilegal, sino que tambi&eacute;n es extremadamente peligrosa ya que puede causar da&ntilde;os irreparables a la reputaci&oacute;n y la vida de las personas.
Las "bot farms" son una preocupaci&oacute;n creciente en la era de las redes sociales, ya que pueden ser utilizadas para manipular la opini&oacute;n p&uacute;blica y difundir desinformaci&oacute;n en masa. Adem&aacute;s, estas granjas de bots tambi&eacute;n pueden ser utilizadas para inflar artificialmente el n&uacute;mero de seguidores y la popularidad de las cuentas de redes sociales, lo que puede tener consecuencias graves para la privacidad y la seguridad de los usuarios.

Eureka

Bot farms: el futuro de las redes sociales?

En 1910, Marie Curie, la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades (F&iacute;sica y Qu&iacute;mica) y la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de Par&iacute;s, fue v&iacute;ctima de una campa&ntilde;a de difamaci&oacute;n de tales proporciones, que el comit&eacute; del Nobel le pidi&oacute; no fuera a recoger su premio en Suecia. Los ataques difundidos en contra de Madame Curie ilustraron lo peor de la sociedad francesa (y europea) en aquellas &eacute;pocas: xenofobia, chauvinismo, antisemitismo y machismo. Este es uno de mucho ejemplos que dejan claro que las campa&ntilde;as de difamaci&oacute;n no han sido inventadas por las redes sociales.
Sin embargo, las recientes revelaciones de la whistleblower de Facebook confirman lo que acad&eacute;micos y tecn&oacute;logos han ido demostrando: el odio genera m&aacute;s dinero para Facebook. En las palabras de Frances Haugen: &ldquo;El problema es a qui&eacute;n le da Facebook el meg&aacute;fono. El contenido extremista es el que tiene mayor audiencia&rdquo; (El Pa&iacute;s, 02/11/2021). Como el contenido de odio genera m&aacute;s &lsquo;engagement&rsquo; (m&aacute;s tiempo de pantalla, m&aacute;s clics), los algoritmos de Facebook est&aacute;n calibrados para promoverlo m&aacute;s que otros tipos de contenidos. Asimismo, aunque el odio en redes se aprovecha de las tensiones sociales y prejuicios existentes en el mundo f&iacute;sico, tambi&eacute;n es cierto que las redes sociales amplifican y potencian este tipo de discurso.
En su libro &lsquo;Los ingenieros del caos&rsquo;, el periodista Giuliano da Empoli describe el rol de las redes sociales en la emergencia de lo que llama el &ldquo;tecnopopulismo&rdquo;, como el Movimiento 5 Estrellas en Italia, Donald Trump en EEUU y Jair Bolsonaro en Brasil. Da Empoli muestra c&oacute;mo esta maquinaria movida por algoritmos que buscan optimizar el &lsquo;engagement&rsquo;, di&oacute; pi&eacute; a la instrumentalizaci&oacute;n pol&iacute;tica de las redes por grupos populistas y/o extremistas. En sus palabras: &ldquo;Las redes sociales, por naturaleza, no est&aacute;n hechas para la conspiraci&oacute;n. Pero las conspiraciones funcionan en las redes porque provocan fuertes emociones, controversia, indignaci&oacute;n e ira. Y esas emociones generan clics y mantienen a los usuarios pegados a la pantalla.&rdquo;
En el Brasil de Jair Bolsonaro, una de las estrategias adoptadas por el gobierno es la pr&aacute;ctica de "linchamientos virtuales", que se ha dirigido a periodistas, activistas y pol&iacute;ticos de la oposici&oacute;n desde 2018. En su libro &lsquo;La m&aacute;quina del odio&rsquo;, la periodista Patricia Campos Melo, describe c&oacute;mo el uso de bots y trolls es instrumentalizado en estos ataques orquestados con fines pol&iacute;ticos. Es una pr&aacute;ctica semejante a la que se describe en la pel&iacute;cula &lsquo;Hater&rsquo;, implementada por la empresa de relaciones p&uacute;blicas donde Tomasz consigue un trabajo, que utiliza las noticias falsas, bots, perfiles falsos, etc. en redes para realizar campa&ntilde;as que difaman a celebridades y pol&iacute;ticos.
En la pel&iacute;cula, Tomasz escala hac&iacute;a la violencia extremista, utilizando las mismas herramientas aprendidas para campa&ntilde;as de difamaci&oacute;n. Aunque se sugiere que sus motivaciones son de &iacute;ndole personal (ambiciones de subir en la escala social) y no pol&iacute;tica, la pel&iacute;cula ilustra el potencial de instrumentalizaci&oacute;n de las redes para fines de violencia. Al hacerlo, muestra que los diferentes niveles de violencia que son amplificados en redes sociales son parte de un mismo continuum, alimentado por estrategias de utilizaci&oacute;n semejantes.